Me gusta ir en tren, es agradable, no conduces, tú simplemente te sientas y disfrutas. A causa de los estudios tengo que coger este peculiar transporte varias veces a la semana, y quieras o no, te acaba gustando. El tren regional es más personal que todos los demás, los asientos estan encarados así que, quieras o no, otra vez, te tienes que sentar con más gente.
A lo largo del trayecto el tren se va llenando y colegas, amigos, conocidos, o simplemente, gente que se acaba de conocer, van llenando el vagon de frases y risas, y sin tener la intención te empiezas a fijar en ellos.
Ahí están ese chico y esa chica, solo amigos, aunque a ella parece que le gusta, hablando sobre diferentes estilos de gente y de cortes de pelo... muy profundo...
Más atrás están 4 chicas hablando de diferentes cosas, montando un escándalo de cuidado, a gritos, y piensas... aún gracias que me he sentado casi en la otra punta del vagón....
También está la mujer o chica intimidada por esos 2 que se sientan con ella y hablan entre ellos sin prestarle mucha atención.
Pero lo que a mi me gusta es sentarme donde no hay gente, 4 asientos para mi y mis pensamientos, así si se me escapa una risita o sonrisa, nadie se da cuenta^^, pero bueno, con una persona tampoco está mal, se puede permitir, pero en diagonal, así el asiento de enfrente me queda vacío. Pero cual es tu sorpresa cuando... el vagón se va llenando, y alguien se sienta justo ahí (después de que tú, amablemente, sacaras los pies de encima del asiento), mala suerte... esa persona está sentenciada... te toca analizarla. Así que, discretamente miras a esa persona de arriba a abajo.
La chica, es más bien hippie, con su pelo liso y largo y cara fina, envuelta del color castaño que hace conjunto con sus ojos. Camiseta de tirantes amarilla y pantalones de hilo granates. El bolso hace juego con los pantalones.
Lleva una mochila grande, debe ser de unoa 40 litro o 50, y debe llevar toda su vida ahí dentro. Se levanta el pantalón para rascarse la rodilla, tiene la pierna depilada. Se vé una chica maja.
Sigues analizando y sin darte cuenta, lo que se supone que tienes que hacer discretamente, lo estás haciendo de forma descarada, total, ella se da cuetna, y te mira, y se incomoda, parece tímida, pero no, no lo es. Entonces ella te dice lo alguien te tendría que haber dicho hace mucho tiempo: ...Qué miras?
